lunes, 1 de marzo de 2021

SHUMPALL, DEIDAD MAPUCHE-LAFKENCHE



Los Sumpall también conocidos como sumpalwe , sompallwe o sumpai, son criaturas perteneciente a la mitología mapuche (mitología de un pueblo originario sudamericano que habita el sur de Chile y el sudoeste de Argentina); las cuales se relacionan con el agua.

AparienciaEditar

Los Sumpall serían seres cambiantes, que generalmente presentarían una apariencia mitad humano y mitad pez, muy similar a las sirenas y tritones; aunque en algunas ocasiones también podrían tomar una forma completamente humana. Su parte humana sería muy hermosa y tendrían el pelo largo y de color brillante. Existen Sumpall femeninas y masculinos.

LeyendaEditar

Según cuentan las leyendas mapuche, los Sumpall son seres encargados de cuidar las aguas de los ríos, lagos y mares; y en aquellos lugares donde viven, nunca se secaría el agua. Ellos habitarían en su mayoría en los ríos y lagunas. Igualmente serían seres que dependiendo del género que tuvieran, raptarían a los hombres o las mujeres; pero esto ocurriría comúnmente con la voluntad del secuestrado o secuestrada, quienes escuchaban encantados sonidos y voces maravillosas llamándolos desde el fondo de las aguas. Los ahogados eran frecuentemente niñas, que según la leyenda a veces volvían cargadas de frutos marinos y pescados, a consolar a sus padres y pedirles que no lloren. Al ser llevada la persona al fondo del río o el lago, en un lugar llamado Sumpallhue, también se transformaría en un o una Sumpall. Otras fuentes señalan que se convertían en aves; a veces en una huala, que no vuela bien pero si es excelente nadadora; esto porque el Sumpall todavía la retiene. Si el Sumpall se ha raptado a una mujer, la familia de la mujer recibiría un pago (el gapitún) por el robo de la novia; ya que es una costumbre del pueblo mapuche, cuando alguien secuestra a una mujer para casarse con ella. (La retribución que debe hacer el Sumpall está muy arraigada en la cultura mapuche como una ley natural; todo lo que se quita debe ser repuesto; por eso hay muchos ritos en los que se hacen ofrendas y regalos antes de cosechar o quitar. Como por ejemplo las ofrendas que se hacen al mar, poniendo ollas de comida en hilera, sobre la arena; el mar se las lleva, pero debe devolverlo todo con peces abundantes; a veces no es la ola quien trae las retribuciones sino una sirena, una niña que sale del agua con un canasto de peces y mariscos). La Sumpall femenina igualmente en algunas ocasiones puede dar un pago a la madre del hombre que ella ama, pero el hecho sería contrario a lo común en la tradición Mapuche. También se dice que los sumpall masculinos fecundan a las mujeres que van a las orillas de los ríos solas.

Los primeros Sumpall habrían sido creados por Trentren-Vilu (mapudungun: Trengtreng Filu), a partir de los hombres que se ahogaron en la gran batalla de las serpientes míticas. Los Sumpall se caracterizan por ser seres que pueden realizar el bien o el mal dependiendo el caso. Así, igualmente puede cobrar venganza contra las personas que hacen daño a los ríos, lagunas y otros lugares relacionados con el agua; cumpliendo en estos casos el mismo papel que los Ngen-ko (espíritus dueños del agua).

Hay decenas de relatos y leyendas en torno a los ríos, costas, lagos y lagunas donde interviene el Sumpall. Con el gusto del pueblo mapuche por el agua y la natación, no deben haber sido pocos los ahogados.


MAHESH KHOT visitante de la India, junto a  la estatua de Shumpall en Tomé. 

SHUMPALL DEIDAD LAFKENCHE ANCESTRAL.

 Un total de cinco metros de altura alcanza la nueva estatua que se instaló en plena caleta de Tomé. Se trata de un “Chumpal” o “Dios de las aguas” de la cultura lafkenche, que será el encargado de velar por las playas y ríos de Tomé y la naturaleza del borde costero.

La imponente figura de un hombre musculoso, mitad humano y mitad pez que emerge de las aguas, alcanza los cinco metros de altura.
Según la leyenda del pueblo lafkenche que habitó el actual Tomé hace más de 500 años, este ser vivía en los cuerpos de agua cuidando el entorno natural y manteniendo la vida en estas zonas. Vestido de ropas resplandecientes, también se le aparecía a las jóvenes que caminaban solas en las cercanías de la costa, lagos y ríos, para luego hacerlas sus esposas, e incluso pagando con bienes naturales a su familia.

Basado en su poder protector, el Barrio Comercial Explanada de Tomé quiso honrar la leyenda y reforzar la identidad de la “gente del mar” del pueblo originario previo a la actual ciudad de Tomé, construyendo una representación de la deidad frente al mar.

Artista
El monumento fue creado por el artista tomecino Claudio Ortega, quien se inspiró en figuras de la mitología mapuche precolombina, rescatando la cosmovisión de un pueblo que no conocía el mal. “Este es nuestro Poseidón o nuestro Tritón. Nosotros tenemos que rescatar nuestra memoria milenaria, y como escultor es mi responsabilidad resaltar nuestro patrimonio, y nada mejor que hacerlo en esta ciudad tan importante para la historia y que es visitada por tanta gente. No es posible que el Caleuche lo imaginemos como un galeón español, o que la Pincoya sea una mujer rubia de ojos azules y vestida de seda”, destacó.

La estatua del Chumpal (también llamado Shumpall o Sumpai) llega a reforzar las atracciones turísticas de la ciudad, que ya cuenta con un mural histórico del barrio, una estatua hecha de dedos que sostienen un árbol, centros gastronómicos, la instalación de más cámaras de seguridad y la remodelación de la Plaza de Armas, la costanera y el propio Barrio Explanada. Juan José Candia, presidente del Comité Barrio Explanada de Tomé, señaló que esperan que esta figura se transforme en la postal de la caleta, “para que la gente venga y conozca además parte de la cultura que nos identifica. Por eso están todos invitados a recorrer este barrio, conocer su historia y probar las ricas preparaciones con mariscos que tenemos para la gente”.







 

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